2020, un año que cambiará nuestras vidas. Veníamos diciendo que el mundo había cambiado desde hacía unos años y que la velocidad de cambio era cada vez mayor, reflejándose a través de la trasformación digital de las organizaciones, tanto públicas como privadas. Sin embargo, la citada Revolución Socio-Tecnológica que tantas veces he referenciado en artículos y entrevistas va a ser irrelevante comparada con la situación que se ha vivido en el último año: el año de la “pandemitalización”. Mientras adaptarse a la Revolución Socio-Tecnológica era un proceso progresivo y casi voluntario, adaptarse en el momento actual es una obligación. Se dice que en tiempos difíciles se producen los cambios más importantes. Sin duda estamos pasando por una crisis fuerte este año, una crisis que ha cambiado el mundo.

Lo Urgente y Lo Importante

La respuesta de las organizaciones, tanto públicas como privadas, ante el reto al que se enfrentaban ha sido clara. Reaccionar, incluso corriendo ciertos riesgos, ofreciendo modelos de continuidad de trabajo y, por extensión, que han permitido trabajar en remoto a las organizaciones. Después, y aunque parezca el mundo al revés Planificar. La verdad es que la prioridad era trabajar y ofrecer la continuidad de negocio necesaria y, a ser posible, en un entorno seguro.  Para, en una fase posterior, pensar cómo se tenía que preparar no solo la respuesta, sino también el futuro. Por último, Ejecutar se ha convertido en la prioridad de la tercera fase, tanto la evolución de los proyectos pendientes como de terminar los relativos al puesto y a garantizar la operatividad. Centrando, por lo tanto, gran parte de los esfuerzos en dar una respuesta desde el área de tecnología a las necesidades de las organizaciones por garantizar la continuidad de negocio y optimizar la movilidad.

Sin embargo, debemos ser realistas con la nueva situación de los proyectos de transformación que estaban planificados. Es importante referenciar que, al igual que ha ocurrido en la sanidad, el cambio en las prioridades existentes, de tal forma que la acumulación de los proyectos de transformación a partir de septiembre y octubre está siendo acuciante. Por un lado, la parada de proyectos críticos y su correspondiente retraso y, por otro, la necesidad de acelerar la transformación para poder competir en las mejores condiciones posibles. Jack Welch, CEO de General Electric, decía que cuando el ritmo de cambio fuera es mayor que el de dentro, el final está cerca. La realidad es que fuera, dentro de un entorno VUCA (volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad): la velocidad de cambio se ha disparado y las empresas tienen que adaptarse a la nueva velocidad.

Transformacion Cultural vs. Transformacion Digital

Otra de las lecciones aprendidas este año es que el vacío existente en el éxito de la transformación digital no es tecnológico. Cultura y liderazgo son dos de los principales frenos o barreras a la implementación de los nuevos espacios de trabajo, en los que el trabajo no es un lugar. El mayor reto de la digitalización es la transformación cultural, donde nuevas formas de dirección y nuevos modelos de cultura corporativa tienen que abrirse paso para adaptarse al nuevo entorno laboral. Los trabajadores, como individuos, están plenamente preparados para el nuevo entorno ya que, no olvidemos, trabajamos como vivimos y la tecnología está cada día más integrada en el día a día de las personas.

Nuevas Prioridades

En definitiva, la “pandemitalización” durante el 2020 ha sustituido a la Revolución Socio-Tecnológica, acelerando procesos y cambiando prioridades. La digitalización en tiempo de pandemia es crítica. Ha ayudado a facilitar modelos de continuidad de negocio y de teletrabajo, en muchos casos con sistemas de acceso remoto seguros y con desbordamiento o implementación en la nube; además, va a ser un factor diferencial en el ámbito de recuperación de la economía en general y de la competitividad de las empresas en particular, siendo claves la reducción de los tiempos de llegada a los mercados (time to market) y la optimización de procesos orientados más que nunca hacia los clientes. Además, la situación actual aúna una serie de factores que van más allá de la evolución por el impacto económico y social. El cambio radical en la forma de entender el puesto de trabajo y su diseño futuro también implica otros retos para los que muchas organizaciones no estaban preparadas.

Así, la redefinición de la seguridad, con muchísimas amenazas a su alrededor, va a requerir una aproximación que va mucho más allá de una gestión de accesos con VPN’s tradicionales, donde se pueden crear importantes riesgos de seguridad. Si ciberdelincuentes obtienen acceso a través de las VPN´s con SSL, tendrán vía libre por toda su red. Solamente con una solución de seguridad contextual para cumplir con los requisitos de Zero Trust como parte de la nueva definición del puesto, donde va a ser casi obligatorio el uso de BYOD y el acceso a las aplicaciones implementadas en la nube. Un Workspace con acceso global, pero contextualizado, a aplicaciones y datos corporativos, va a proporcionar un espacio seguro de trabajo al permitir que los usuarios accedan de forma remota a aplicaciones web implementadas en las instalaciones desde cualquier dispositivo y sin tener que acceder a toda la red.

Por supuesto, es imprescindible una visión holística porque adaptarse de manera segura a este entorno va a ser una responsabilidad de todos dentro de las organizaciones, no siendo suficiente con tomar las medidas tecnológicas oportunas dentro de los departamentos de IT. La concienciación de los trabajadores va a ser clave ya que muchas de las brechas de seguridad existentes se producen por comportamientos involuntarios pero indebidos por parte de los usuarios.

Las Claves

La solución a los retos que plantea la “pandemitalización” por parte de los departamentos de tecnología tiene que venir por soluciones que garanticen la Sostenibilidad, la Flexibilidad y la Seguridad. En definitiva, soluciones que aporten valor, ahora y en el futuro, mejorando la velocidad de respuesta ante las situaciones que nos vamos a enfrentar y en un entorno donde se garantice la máxima seguridad.

Termino con otra cita de Jack Welch, “la visión sin acción es un sueño. Acción sin visión es simplemente pasar el tiempo. Acción con visión es hacer una diferencia positiva.”. Ni podemos soñar ni podemos dejar que pase el tiempo, solamente ejecutando sobre un plan claro y con visión podremos crear un valor positivo. Dentro de poco volveremos a la antigua normalidad pero con una nueva velocidad. ¿Estás preparado?