Esta es una publicación de Debora Slotnisky, periodista y escritora de tecnología basada en Argentina, que fue invitada a participar en nuestro blog.

La innovación no sucede por arte de magia, y hay varios factores que deben confluir para que surjan las nuevas ideas, entre ellas, una cultura organizacional que la propicie y  herramientas de trabajo que creen un entorno confortable.

A raíz de la pandemia, las organizaciones debieron recurrir a esquemas de trabajo a distancia y lograron adaptarse gracias a las nuevas tecnologías que optimizan la colaboración. Hoy, además, las empresas pueden recurrir a soluciones que favorecen la automatización de tareas rutinarias y repetitivas, y permiten que los empleados destinen más tiempo a hacer cosas que aportan más valor, como profundizar en la relación con los clientes, desarrollar estrategias innovadoras y planificar.

El estudio The Era of Hyper Innovation, basado en países del primer mundo, evidenció que la adopción de nuevas tecnologías y modelos de teletrabajo durante el año pasado aumentó las ganancias de distintas industrias en 678 mil millones de dólares.  Además, demostró que la inversión en tecnología incrementa la capacidad de innovar y ofrece mejoras concretas en los índices tanto de productividad como de eficiencia.

Casi el 90% de los encuestados dijo que la adopción y la puesta en funcionamiento de nuevas herramientas de trabajo impulsadas por la pandemia mejoraron mucho las interacciones de las personas y los equipos. Y el 80% espera que su organización entre en una fase de hiperinnovación en los próximos doce meses y, como resultado, desarrolle más ideas que nunca.

Por otra parte, un estudio realizado por IESF Latam en América Latina llega a conclusiones similares: la implementación del teletrabajo (74%) y de los modelos híbridos (54%) fueron las medidas más importantes adoptadas por las organizaciones en 2021. Por eso, planificar, y dados los resultados positivos obtenidos en los últimos meses, el 60% de los consultados estimó que su empresa implementará un modelo híbrido y solo el 26% que retomará sus labores de forma presencial.

Conclusiones

Las compañías que empoderan a los empleados para que puedan expresar sus ideas e incluso les permiten equivocarse sin ser cuestionados por ello crean un contexto propicio para que surjan propuestas que luego aportar beneficios concretos.  En tanto, el hecho de que los colaboradores cuenten con herramientas digitales de avanzada los coloca en mejores condiciones de innovar, de trabajar y de colaborar con colegas, lo que redunda en la obtención de mejores resultados. Esto es así porque, entre otros detalles, el aumento de la colaboración por medios digitales logra que la pirámide organizacional se vuelva más horizontal y que se escuchen más voces. Y esto, a su vez, promueve la aparición de ideas más diversas

Pensar en la innovación como un proceso que requiere necesariamente de personas reunidas físicamente para pensar y crear puede que se haya vuelto obsoleto. Las soluciones digitales han avanzado de tal manera que, si se implementa correctamente, el trabajo híbrido puede generar un nivel de innovación arrollador. Por supuesto, si se hace mal y las conexiones sociales se dan en un contexto de interferencias, la capacidad de innovación se verá debilitada.

En síntesis, llegó el momento de pensar en la productividad y en la innovación de una forma más amplia, lo que implica optimizar las condiciones que impulsan la innovación, como son el bienestar de los empleados, el nivel de colaboración en el equipo y las herramientas físicas y digitales con que cuentan para desempeñarse.

Las evidencias indican que el trabajo híbrido mejorado por la tecnología será el estilo de trabajo predominante de aquí en adelante, e incluso pensando en el largo plazo. Y es que, además de ofrecer libertad y autonomía a los trabajadores, maximiza la innovación así como también la creatividad. Y, como hemos, visto esto genera dividendos concretos para las organizaciones.